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LA CULTURA DEL AGUA

Es necesario cambiar la cultura del agua: está el derroche como por ejemplo cuando vacían piletas de natación, el descuido cuando hay pérdidas en las canillas o caños, la contaminación de la misma. Aquí un artículo sobre el arsénico en el agua de napas en Sierra Chica, Córdoba, y la falta de conocimiento preciso sobre las napas de dicho hermoso lugar.
Colonia Caroya. Los estudios sobre las aguas subterráneas son insuficientes aún para determinar los caudales reales existentes. Eso sostienen Sergio Chiavassa y Gabriel Saal, ingenieros agrónomos que trabajan en el Centro de Investigaciones María de Bournichón, de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC. Hace cuatro años que estudian la cuenca hídrica del río Carnero, clave en el norte del Gran Córdoba y en parte de las Sierras Chicas.
Días atrás, invitados por el municipio de Colonia Caroya, expusieron sobre los avances de esa investigación, aún en desarrollo. El agua pasó a ser tema de discusión en esta ciudad, luego de que el Gobierno de Córdoba anunciara un proyecto para crear un acueducto de 25 kilómetros que desde el acuífero del río Carnero, a su paso por Caroya, lleve agua hasta Salsipuedes, la localidad más complicada por la crisis hídrica en las Sierras Chicas.
Chiavassa y Saal aclararon que no son hidrólogos pero que procesaron información de especialistas en ese rubro. Su investigación se orienta más hacia el uso social del agua y los niveles de conflicto que van apareciendo.
Su primera advertencia es que los estudios hidrológicos existentes, sobre todo en las cuencas altas e intermontanas, “son absolutamente insuficientes”. Dicen que no hay datos precisos sobre niveles de precipitaciones, cauces, caudales ni sobre aguas subterráneas en toda la zona que compone la cuenca del río Carnero, que va de norte a sur entre la ruta E66 y Agua de Oro y limita al oeste con la zona del paraje Tiu Mayu y La Cumbre, en Punilla.
Los ríos Tiu Mayu y Chavascate bajan desde la zona serrana hacia el este y se juntan formando el Carnero. “No tiene otra forma de alimentación. No existe agua subterránea que venga de otro lado. Esta agua que acá tienen se cosecha en la superficie de esa cuenca, que es de 335 kilómetros cuadrados”, explicó Chiavassa en Caroya.
Ordenar el crecimiento. Salsipuedes necesita agua para su actual población, pero además para poder seguir creciendo. Mientras, Colonia Caroya incrementó un 24 por ciento su población entre 2001 y 2010. El interrogante que hizo que Caroya expusiera reparos al proyecto del acueducto es si el agua de esta cuenca alcanzará en el futuro para abastecer los crecimientos de ambas regiones.
Saal apuntó: “La única posibilidad que tiene Salsipuedes de diferir el consumo de agua en época de lluvias está en la capacidad de reserva que tiene en las sierras. Hay que ver si este acueducto sería para solucionar el problema de la población actual de Salsipuedes o si está más ligado a futuros emprendimientos inmobiliarios o urbanísticos, para los que el agua ya no les alcanza”.
El trabajo de Chiavassa y Saal señala que la cuenca se vio afectada por varios factores: la deforestación y transformación de zonas de bosques en sembradíos, los incendios, y las urbanizaciones que se fueron sumando entre La Granja, Ascochinga, Agua de Oro y Colonia Caroya, agregando demanda que se alimenta de esa cuenca.
Para variar la situación de deterioro, sugirieron crear en las Sierras Chicas nuevas áreas de reservas hídricas, planificando el territorio en función de las reservas de agua. Es decir: zonas con vegetación nativa donde ya no avancen emprendimientos urbanos, mineros o agropecuarios. También sugieren acentuar la reforestación, prevenir incendios y trabajar para un “cambio de cultura” en relación al cuidado del agua.
Para saber lo que hay bajo tierra
Investigación. El año pasado, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia anunció la puesta en marcha de un proyecto de investigación sobre los recursos de agua subterráneos de toda la provincia, mediante el aporte de fondos a las universidades nacionales de Córdoba y Río Cuarto y a la privada Blas Pascal.

En marcha.
 El proyecto involucra fondos provinciales y nacionales para que un plazo de dos años, que debería culminar en 2012, arroje conclusiones integrales sobre cantidad, calidad y posibilidad de uso de los acuíferos bajo tierra en Córdoba.
Se sabe. Es conocido que gran en parte del sur y del este provincial, por ejemplo, el agua de napas no puede ser usada para consumo humano por su alto contenido de arsénico.
Fuente: La Voz del Interior, viernes 14 de Octubre de 2011

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